Platanus × hispanica Mill. ex Münchh.
PlatanaceaeEl epíteto genérico deriva del nombre clásico del Platanus orientalis, del cual es considerado una variedad por algunos autores (var. acerifolia), si bien el P. hispanica o P. x hybrida es considerado generalmente un híbrido entre P. occidentalis, americano, y el P. orientalis, euroasiático. El origen de este híbrido, en discusión, se localizaría por tanto en Londres, España o Turquía. Incluso su nomenclatura es motivo de discusión. El epíteto hispanica es el preferido por quienes defienden el origen ibérico (del latín hispanicus, -a, -um, de Hispania), mientras en los anglosajones prefieren el epíteto hybrida o acerifolia.
Su sombra goza de un carácter mítico. En el mundo clásico es un árbol protector y dador de sabiduría. En la Grecia clásica su sombra era lugar habitual de conversación. El propio "Árbol de Hipócrates" era al parecer un plátano (probablemente P. orientalis), bajo el cuál Hipócrates, padre de la medicina (460-377 a.C.), impartía sus lecciones y redactó el juramento hipocrático. Según la leyenda bajo ese mismo árbol el apóstol San Pablo estuvo predicando.
Su expansión fue pareja a la red de vías, caminos y carreteras, como árbol de sombra en ciudades, y ahora naturalizado también en riberas y arroyos. Son hoy árboles muy habituales en parques y paseos de muchas ciudades por todo el mundo, especialmente en el centro y sur de Europa. Crecen relativamente rápido y alcanzan gran tamaño, siendo además una especie poco exigente en suelo y clima, que tolera bien tratamientos de jardinería (poda, trasplante) y la polución. Sin embargo su uso no gusta tanto a los muchos alérgicos a su polen, y cuando no tienen espacio suficiente, sus fuertes raíces dan no pocos problemas en pavimentos y edificaciones.